miércoles, 25 de junio de 2008

El peligro de la impunidad

"El que tenga oídos para oír, que oiga..." La tragedia en las Filipinas nos grita que respetar la ley es un voto por la vida. Ya sea conducta en las carreteras, agua en Sardinal, marchamos y Riteve, compra de medicamentos, biombos del Seguro, seguridad, buses y sus rutas, etc., lo que nos jugamos es la vida. ¿Qué lecciones podemos aprender de esta tragedia?

A pesar de que los incidentes marítimos en aguas filipinas ocurren con cierta regularidad, no existe una agencia de investigaciones marítimas independiente y a tiempo completo en las Filipinas. Marina, la entidad reguladora marítima de la nación, delega las funciones de cumplimiento a la Guardia Costera Filipina, la cual permitió que el barco zarpara de Manila justo cuando se aproximaba el tifón. Ambas agencias realizarán una investigación.

La presidenta de las Filipinas, Gloria Magapagal Arroyo ha ordenado, como es lo usual en incidentes de gran magnitud, una comisión investigadora. Sin embargo, no existe ningún requisito legal para que ninguno de sus miembros sea algún investigador marítimo calificado, sino que consiste de funcionarios de la Guardia Costera, funcionarios de Marina, y miembros o graduados de la Academia de Marina Mercante del propio Gobierno de las Filipinas. Se requiere que uno de los miembros sea un abogado, pero no se obliga a que sea experto en ley marítima.

El objetivo de la comisión es establecer quién tuvo la culpa, las cuestiones de seguridad son secundarias. A pesar de ello, ninguna compañía de trasbordadores o dueño de barco ha sido hallado culpable en alguno de los incidentes en las Filipinas.

Los informes de investigación de desastres no están abiertos al
público.


Los investigadores marinos internacionales desearían colaborar con
las Filipinas, y ayudarle a desarrollar una capacidad investigativa más realista y eficaz, pero falta la voluntad política, lo cual está relacionada con las conexiones de alto nivel entre las compañías de trasbordadores, dueños de barcos y los legisladores de la nación.



Ver blogpost en ingles aqui.

EDIT:

Llueve sobre mojado (ya sabemos la verdadera razon por la que el barco partico con tifon), o como dicen en ingles, adding insult to injury. En el barco iba un cargamento de quimicos que NO podia ir en un buque de pasajeros. La tarea de rescate esta paralizada:
The discovery of a toxic chemical on board a passenger ferry
was a grim reminder of how standards are flouted in the Philippines, an
archipelago of more than 7,000 islands with a woeful record in maritime
safety.It also raises the heat on the ship's owner Sulpicio Lines, already under
fire for allowing the vessel to sail when a typhoon had hit.A company official
said on Saturday it was unaware the cargo, which was bound for a Del Monte
Philippines' pineapple plantation, was toxic."If we knew, we would have made a
special arrangement for that kind of shipment," said Jay Tan, a member of
Sulpicio Lines' crisis response team.

Noticia de Reuters aqui

miércoles, 18 de junio de 2008

Vidrios para las carreteras

No, no estoy proponiendo tirar botellas para evitar tantas muertes horribles por camiones que no deberían estar ahí en primer lugar. Quiero compartir una idea que se está implementando en Taiwan y que serviría para aliviar la “factura petrolera”, al mismo tiempo en que se recicla el vidrio de tantas botellas de birra y guaro –haciendo algo útil con ellas:

Vidro reciclado brilla en medio del alto costo de materias
primas


Muchos conductores han notado que el asfalto en la Calle
Zhishan, en el distrito de Shilin, brilla reflejando la luz, pero pocos saben
que este brillo proviene de particulas de vidrio reciclado, informó la
Administración para la Protección Medioambiental ayer.
“El vidrio es un
material que puede ser reutilizado casi en un 100 por ciento, dado que contiene
pocas impurezas”, explicó el director de la Junta Administrativa del Fondo para
Reciclaje, Lin Chien-huei.

Aparte de poder ser mezclado con el
asfalto, las partículas de vidrio reciclado pueden ser integradas a ladrillos y
lozas para obtener materiales de construcción livianos pero resistentes, señaló
Lin. También puede ser convertido en mosaicos decorativos o cuentas de
vidrio.

...
Las botellas de vidrio reciclado se venden a 120
colones, más del doble del precio que el año pasado, indicó Lin.
Aparte
del valor económico del vidrio reciclado, reutilizar el vidrio implica menos
emisiones de carbón, argumentó.

martes, 17 de junio de 2008

Goticas 2

Lunes por la mañana. Voy en el primer coche del metro, donde hay espacio extra para las sillas de ruedas y las bicicletas. Se monta una señora extranjera con una bebé rubia en coche, y una más grande con facciones más achinadillas de la mano. El conductor del tren se sale de su cabina y supervisa su paso dentro del metro al mismo tiempo que vigila la entrada y salida de los demás pasajeros. La niña más grande lo saluda con la mano y él le devuelve el saludo con una sonrisa.

El metro va hasta el alma en hora pico. Todavía no hemos llegado como en Japón que nos metan como sardinas a empujones pero acá, si a usted le toca a la par una señora cuarentona, póngase vivo. Esas son buenas para darle un codazo y pasarle adelante o quitarle el campo. Ojalá vengan cuatro en puño, y eso sí es cosa seria. Más calmados son los grupos de viejitos, pero esos van en los buses generalmente, y no en horas pico. Como tienen descuento, aprovechan para pasear en grupos. Los estudiantes van leyendo, los shan ban tzu –la tribu de los trabajadores- dormitan.

Llegamos a la Estación Central. Ahí formamos lo que llamo “el desfile de las hormigas”. Se lo hago notar a una compañera de trabajo que me topo en la esquina, al esperar el cambio de semáforo para pasar la calle. Cuando estamos esperando allí, estamos agrupados irregularmente en molote, pero apenas cambia la luz, hacemos fila india, para ingresar por las puertas de los edificios como hormiguitas en su nido...

Pongo mi almuerzo –arroz, garbanzos con cerdo y camote asado- en la máquina de vapor–más saludable que el microondas- donde se mantendrá frío hasta el medio día, cuando la máquina cambia de setting automáticamente y lo calienta. En la oficina, primero desinfecto el teclado, la mesa y el teléfono, antes de empezar a bretear -tenemos una plaga de cucarachitas. Café a media mañana, almuerzo, té de la tarde, y a las seis, de vuelta a casa.

Llamo a mi tío que me está ayudando con unas vueltas, que requieren ir a Chepe City Centro. Le pido que si de paso me puede tomar unas fotos de la avenida, del Banco Negro, la vista desde La Gloria. “Sólo que me lleve un par de guardaespaldas”, me contesta. Le pregunto por la cámara que le compré. “Ya no la saco de la puerta”, me cuenta. Tampoco la de video. “Nadie sabe que tengo cámara. Ahora lo llegan a buscar hasta la casa. Viera cómo está ésto”. Es pensionado, divorciado, y prácticamente no sale de la casa. Lo mismo mis tatas. Llamo a ver qué van a hacer el Día del Padre. Mi tata ronca acurrucado con mi sobrinita de 3 años.

Leo los titulares de la prensa nacional. Casas para familias en extrema pobreza tendrán cielorraso. Ahora resulta que tener cielorraso es un lujo tal que amerita titular en el periódico. Ayer por cierto estaba tratando de tomarle una foto a un barrio cerca de la Estación de metro Technology Building. Hay 45 edificios, de 15 pisos. 45 torres apiñadas, idénticas. Legítimos colmenares. Eso sí, a la par del metro. Son familias de clase media, construidos casi 20 años atrás. Distan mucho de los multifamiliares en Hatillo. Que va. Las torres nuevas están lindas pero a la par –o encima del metro- más allá de lo que puedo pagar ... ni para alquilar. Lo bonito es que el metro está ahí para movilizar toda esa manada de gente a sus respectivos trabajos, escuelas, etc.

Al menos a dos parientes los estafaron en Tiquicia –y digo estafa, aunque sea normal- vendiéndoles una casa que con costos tenía conexión eléctrica. Todavía no saben dónde andan las aguas negras. El agua llega a ratos y Dios sabe cómo. Llevan dos años, y el ICE no puede poner el teléfono porque las urbanizadoras, que deben poner las torres y nos se que otra vaina, se hicieron los locos. Las calles tienen una pintura de asfalto. Como venden terrenos en la urbanización, hay gente que, construyendo las casas, viven ahí. Una familia se quedó sin plata a medio camino y viven en la estructura gris, sin cielo raso, ni piso. Y esto se supone que son barrios de “clase media”, nada barato, ni de “proyección social”. El mayor proveedor ahí trabajaba en un sportsbook. Claro, cada barrio viene con al menos un “narco”, que todos saben que es narco por los carrazos que anda, las viejas que se levanta, y los pachangones que se arma en la madrugada. Una vez a la semana hay balacera estilo del Oeste con los robacarros. Lo que uno esperaría de Los Cuadros pasa en plena sala, a 10 minutos de la Muni. Y mi gente tiene niños pequeños.

Con el corazón algo pesado, saco el perro a dar una vuelta ya para que haga sus cosas. Son las 10 de la noche y todas las tiendas están abiertas, los consultorios están llenos de gente, y los chiquillos apenas van llegando a la casa de las escuelas suplementarias. Me acuerdo de pasar por el pan fresco –acá las panaderías sacan el pan por la tarde, no en la mañana. Me compro una limonada con aloe y me siento en el parque a disfrutar de las últimas noches frescas. Mañana lloverá y no sé si se van a poder ver las estrellas.

lunes, 9 de junio de 2008

¡Feliz Festival de los Botes Dragón!

Ayer, al abrir la puerta del apartamento, me topo de cara con un manojo de hierbas colocadas por el vecino en su portón, estilo las palmas de Semana Santa en Tiquicia.


¿Eh, qué es esto? Me pregunté. En eso me cayó el cuatro: ah, el Festival de los Botes Dragón. Claro, hace días que estaban varios vecinos jalando hojas de bambú y palma para hacer los tamales locales, llamados “zongzhi”.

Los tamales chinos, de forma triangular, se hacen con una combinación de arroz glutinoso, carne y manteca de cerdo, nueces, hongos, y mucha, mucha paciencia. Porque les cuento, envolver tamales tiene su ciencia, y al menos nosotros en Tiquicia trabajamos con hojas de plátano, que son más anchas y largas. Ya les cuento envolver el cuchurulo de arroz en hojitas delgadas y filosas. Yo lo intenté el primer año acá –parte de la “experiencia educativa”, según nuestra universidad-- y desde entonces apoyo la economía local comprándolos en los mercados tradicionales.

Este año, la carne de cerdo está carísima, así que también aumentó el precio de los zonzhi: un USD o más. Hay vegetarianos, dulces, estilo hakka –con más nueces-- , con arroz morado... Vi los tamalitos más pequeños que antes, pero sí me hizo gracia que muchas vecinas –apoyadas por toda su familia, que casi reclutan hasta al perro para envolver los tamales-- se dedicaron al negocio. O sea, ante la crisis, a trabajar más y a ver que negocio se hace.

El arreglo de hojitas que les mencioné antes tiene como propósito alejar la “mala vibra”. En esta época cambia el clima, la gente se enferma fácilmente y salen muchos insectos de la tierra. La atmósfera se siente cargada, con muchas tempestades y rayerías, así que la gente coloca esos manojos con hierbas que alejan a los bichos, y de paso, se cree que también ahuyentan los espíritus malignos. Después de que se secan las hojas, se hace una infusión y la gente se baña en ellas para la buena suerte y alejar los males.

Me gusta ir a ver las competencias de los botes. Participan muchos equipos extranjeros, y muchos estudiantes extranjeros de universidades locales. Entre los taiwaneses, destacan los equipos municipales y los de bomberos. Las carreras en sí son muy breves: un sprint de cinco minutos, un máximo esfuerzo por ser el primero en agarrar la bandera, y ya. Victoria o derrota.

Cada equipo está compuesto por un “banderillero”, o sea, el que toma la bandera; el “tamborillero”, que marca el ritmo desde atrás, y la banda de “remadores”. Lo más difícil de participar en estos equipos, es aprender a remar al mismo ritmo que sus compañeros, y hacerlo eficientemente, generando gran velocidad, con el menor esfuerzo, y sin salpicar a media humanidad.

Me explico: en los tiempos pasados en que el avance económico era más importante que el bienestar de los ciudadanos, los ríos de Taiwan se convirtieron en verdaderas cloacas abiertas. Los alcaldes, presionados por los ciudadanos, pusieron en marcha planes de limpieza locales. Aún así, cuando yo llegué acá, remar implicaba esquivar cadáveres de perros y otras putrefactas sustancias que mejor permanecerán desconocidas.

Con paciencia y un garabato, se construyeron parques, se airearon los ríos, se mejoró la recolección de basura y el tratamiento de desechos. Ya se puede uno pasear por los ríos, pescar y hasta nadar sin que le salga a uno un brazo o un ojo nuevo. Caminar por la ribera en una noche de verano es un placer de frescor y no una tortura olfatoria.

Así que los que antes arriesgaron el pellejo –literalmente, por las infecciones en la piel-- ahora ven lo bien que se la pasan los competidores desde la comodidad de unos asientos plegables acolchados, con un par de deliciosos zongzhi frescos en una mano, y una botella de Taiwan Beer bien fría en la otra. Sin hielo, por favor.

Nota: en las empresas privadas, es costumbre dar un sobre rojo con plata o algún regalo para celebrar el festival. Además, este festival es como el Memorial Day en Estados Unidos en el sentido de que marca el fin de la primavera. De ahora en adelante, atizan el fogón y se viene un calor infernal.

Nota 2: Encontre este articulo que explica tambien el origen de las tradiciones:

Exhibición agrícola resalta el origen de las tradiciones del pueblo chino

viernes, 6 de junio de 2008




Una buen idea .... que va mal

Cicerón dijo “la persona buena no piensa mal de los demás”. De poco le valió al pobre lo que pensara de los otros si los que temían a la verdad le hicieron tragarse la cicuta... En fin, a lo tico, se pensaría de él que “todo sapo muere aplastado” y que por conveniencia, hay que seguir la corriente, y asumir el lugar que le corresponde a uno en la pirámide de sinvergüenzura y que viva la pepa.

Una cosa es ser realistas y decir, somos un país pobre, hay que ahorrar. Otra es no gastar en cosas necesarias sino en maquillaje. Y la otra es mascullar recetas aprendidas de los textos y no de la vida, que no tienen nada que ver con nuestro entorno caribeño.

A veces pienso que nuestra clase política dominante es como el pero del hortelano: ni come ni deja comer. De esta forma, cualquier vago beneficio que la supuesta aplicación “trickle down economics” pueda tener sobre la sociedad se anula efectivamente.

Me explico: es tanta la paranoia a la competencia justa y la corrupción que proyectos saludables y necesarios, como los trenes interurbanos o
la ruta intersectorial de buses, no sólo languidecen en el olvido, en el mejor de los casos, sino que en el peor, se hacen por medio de compadrazgos, o a la chambonada, o por una mezcla macabra de ambos.

Las góndolas en otros países se usan en zonas turísticas, pero con mucho cuidado. Una búsqueda casual puede revelar diversos incidentes y accidentes. Las góndolas no son para transporte colectivo en masa.

El sistema de góndolas de Maokong, inaugurado en el sector de Muzha, al sur de Taipei, han sido un éxito turístico. Sin embargo, los pasajeros sufren problemas por las altas temperaturas en verano. El servicio se cancela cuando hay tifón o rayería. El sistema cuenta por dicha con muchos adictos, quienes adoran pasear flotando entre los campos de té y templos enclaustrados, porque dar mantenimiento a esas líneas no es fácil ni barato. Hasta que las ardillas mordisqueen el cable es problema grave.
En Costa Rica, nos urge dar solución al problema del transporte. Necesitamos trenes conectando las principales ciudades. Necesitamos buses cada vez más rápidos. Necesitamos ciclovías. Necesitamos vías aligeradas y descongestionadas. Necesitamos entrar al siglo XXI con planificación responsable.

Uno de los motores del desarrollo en Taiwan fueron las inversiones en trenes durante la época colonial japonesa. Así sacaron las tucas con que se construyeron preciosos templos shinto y palacios suntuosos en Japón. Esos trenes desafiaron las montañas más altas del Sudeste Asiático, y las líneas continúan funcionando y ampliandose hoy en día.¿Qué pasó con nuestros trenes? ¿O piensan que los taiwaneses aún usan los trenes para transportar tucas?

Por otro lado las carreteras transisleñas abrieron paso a las fábricas y las exportaciones de alta tecnología, aparte de la eficaz reforma a la tenencia de la tierra. Y ni hablar de los enormes beneficios que ha traído recientemente el tren bala.

Con base en este ejemplo, en Costa Rica necesitamos bajarnos de esa nube de intoxicación por hubris y comenzar a darnos cuenta que sin los otros, mis ciudadanos de a pie, de bus, de tren y de avión, no podemos vivir, ni prosperar.

miércoles, 4 de junio de 2008

Recuerden Tiananmen

La Puerta al Cielo es hoy en día una plaza prohibida, donde agentes vestidos de civil vigilan a los turistas, quienes están más concentrados en tomarse la foto con Mao.

Hace diecinueve años no se soñaba con las Olimpíadas. Una generación entera pagó con sangre los lujos de que gozan ahora los jóvenes. Esos mismo jóvenes no saben ni quieren saber qué pasó hace 19 años.

Mientras tanto, según Amnistía Internacional, todavía hay cientos de esos mismos estudiantes en las cárceles, aunque no se puede saber a ciencia cierta cuántos son.

Una imagen imborrable, imprescindible, del hombre contra la máquina. Demasiado poético.

Este día, hace diecinueve años, murieron los sueños. La gente se volvió “pragmática”. No ver, no saber, trabajar y vivir para trabajar. No cuestionar, no morder la mano que te alimenta.

Quedan las Madres de la Plaza, las fotografías, los testimonios, y los encarcelados. Sólo la vieja generación recuerda todavía. ¿Nosotros, nos acordaremos mañana?