Entre mis sueños fallidos, el más reciente es el de ser policía. Como les había contado antes, nuestra oficina está cerca del comando central de policía en Taipei, que tiene muy buena comida. Aspiraba a unirme a sus filas al tener la nacionalidad taiwanesa; lamentablemente, tamos demasiado roquemis para eso.
Las fuerzas policíacas cumplen la labor de tránsito y orden público, y si bien tienen sus cosillas, las pocas veces que he tenido que solicitar sus servicios me han atendido prontamente y con paciencia. No se les puede pedir mucho ya que gracias a Dios, no deben enfrentar el ganado bravo con el que pelean a mano limpia los policías en Costa Rica.
Recuerdo la primera vez que entré en una estación de policía acá en Taipei, por cierto, cerca de la estación central de buses y metro, que es el equivalente a la estación de la Coca Cola. A una compañera de clase le sacaron la billetera con plata y documentos en una tienda de departamentos cercana y la acompañé a presentar la denuncia. Pues bien, para no hacerles mucho cuento, el lugar estaba silencioso como biblioteca pública, y vacío, nos sentaron en una sala, nos sirvieron té, y nos repetían: ay, lo sentimos mucho, que susto verdad?, no tengan mala impresión, Taipei es muy seguro, ya mismo les traemos alguien que habla mejor inglés, sentimos que nuestro inglés no sea tan bueno... en fin, no hallaban donde ponernos. Yo sentí como si fuera el único cliente en una tienda donde casi no va nadie... Igualito a Estachos, donde las comisarías son un pandemonio de teléfonos, gritos y blasfemias, o algunos pobres tombos de nosotros, que no hay pocos que sólo atinen a decir babosadas como “eso es pa´que aprenda” cuando le pasa a uno una calamidad como un carterazo o similar. En fin, que no se puede ni debe comparar pero si queda uno con la duda de que cómo es eso.
Es más, si usted le pregunta a un extranjero, la mayoría tiene la idea de que los policías son vagos, y se la pasan tomando té en la estación. Cuentan con un excelente sistema de seguridad con cámaras CCTV por toda la isla, buenas patrullas -Mitsubishi y Ford- , buenos equipos ya sea radio, luces, uniformes para verano e invierno, –hasta zapatos de marca
La New, especialmente diseñados. No obstante, no es un trabajo sencillo, crímenes serios han en todas partes, mafias y tráfico que controlar, aunque los delitos pequeños sean pocos, van en aumento por la crisis y por ello es mejor estar con las pilas puestas.
Lo más importante es cómo se integra la fuerza policial a la comunidad. Ellos hacen rondas por los vecindarios, ya sea en patrulla o "super scooter" (como las Vespas, pero más pequeñas, en lugares turísticos hay policletos pero pocos y un parque con los de la montada)y vigilan en particular lo relativo a tránsito (jalando carros mal parqueados, poniendo multas por falta de cascos o mucha gente en un carro, o arrestando a los choferes tomados que agarran en retenes) pero también son conocidos por sus aportes más allá de la letra del deber. Vean por ejemplo este caso:
Policías en Taiwan arrestaron a un hombre por robar una
bicicleta, pero al descubrir que lo había hecho para que su hija pudiera ir a la
escuela, decidieron hacer una colecta y regarle una bicicleta
nueva.
El hombre le había dicho a su hija que la bicicleta era de segunda mano,
pero el dueño la reconoció y padre e hija terminaron en la estación de
policía. El hombre, que padece epilepsia, no puede trabajar, y estaba internado en un hospital, explicó que su hija debía caminar varios kilómetros para llegar a la escuela
y como no tenía dinero para comprar una bicicleta, robó una.
Los policías, al ver que padre e hija vivían en un tugurio sin agua ni
electricidad, tuvieron compasión y aportaron una bicicleta nueva de su propio
bolsillo.
No obstante, los cargos por robo no pueden ser borrados y ambos tendrán que
enfrentar la corte.