martes, 23 de diciembre de 2008

Es esa época del año...
...que me agarra una depre...


Por esas cosas de la vida, la Navidad no es exactamente una temporada alegre y despreocupada para mí. Hay muchas cosas que hacen de esta una época algo estresante, por no decir exasperante.

Digamos que hay que esperar a ver si a los jefes les ha gustado mi trabajo y renueven mi contrato. Ahí empieza el Via Crucis.

Primero que nada, hay que correr a renovar el permiso de trabajo/visa de residente. Todos los años la misma babosada. Tomar un bus por una hora –ya sea que salga del trabajo o de la casa- hasta donde el diablo dejó perdida la chaqueta que fue donde tiraron a la Oficina de Migración, para después de hacer fila de a sentado en medio de bebés llorando –la mayoría de los nuevos inmigrantes lo componen las esposas por correspondencia- y grupos de obreros importados, te atienden por dos minutos y ya pa’fuera.

Eso si, todos los años se les mete el agua y te piden alguna babosada, desde como una foto nueva, a la copia del contrato de la casa o mi recibo de agua o luz. Nunca las cosas lógicas como copia del contrato de trabajo o recibo de pago de impuestos –que son requisitos de ley. Paciencia, Señor. En fin, que pierdo dos horas de mi valioso tiempo en un trámite que debería hacerse todo por correo pa'l Santo que es y el tiempo que ocupa. Para colmo de males, tienen el tupé de dejarse decir que venga a recoger la vaina de mi tarjeta nueva, ¡qué fe que me van a cara dos veces en un año! Al menos, ahí les dejo el sobrecito con las estampillas pagadas y me llega la vaina por correo a la oficina sin mayor dilación. ¡Qué delicia si todo se pudiera hacer así!

Porque como verán, a mí me agarra en Navidad perezitis aguditis. No tanto con el resabio de lo bien que se pasaba antes en CR de Bagaces a Liberia en diciembre, ya fuera por vacas en la escuela o en la U, o simplemente el jolgorio general ya trabajando, sino porque se me acumulan los trámites burocráticos que no les cuento. Por ejemplo, una vez que se tiene la nueva ID, hay que mandarle la copia a torso los bancos con los que uno tiene tratos, porque la Ley dice que tienen que verificar que uno es residente. Esa es una ventaja del ID de acá: siempre lo pueden encontrar a uno, porque tiene la dirección actualizada –o se arriesga uno a que le pongan una multa. Volviendo al envío de copia del ID, diay, eso se lleva su rato de fotocopiar, recortar, pegar, llenar formularios, y después mandar por fax o correo. Otras dos horas en humo –porque siempre se equivoca uno al llenar la fórmula, la copia sale mala, etc...

En medio de estos mini estresores, está el ambiente que a veces se quiere poner navideño y a veces no. Por ejemplo, una de las ventajas de que haya desaceleración económica, es que desde el Delta del Río Perla en Cantón, pasando por Hong Kong y Shenzhen, hasta Taipei, están usando menos electricidad. Eso implica menos contaminación de todo tipo, inclusive lumínica. Cuando yo llegué a Taiwan, no se podían ver las estrellas. Ahora, tenemos cielos estrellados a lo Puntarenas. Veo Orión, veo Escorpión... La conjunción de Marte y Venus formó una carita con sonrisa gracias al cachito de luna... Muy lindo. Pero entonces me doy cuenta que las constelaciones están en otro lugar porque estoy en otro lado del hemisferio... y me agarra un nudo en la garganta.

Sólo los grandes almacenes, los malls, las tiendas y restaurantes ponen decoraciones de Navidad. Las iglesias ponen los adornos casi cuando hay que poner al Niño. En la oficina, yo había dejado el arbolito de Hello Kitty puesto desde el año pasado –moda local. Igual, las medias -a lo gringo, stockings- son las del año pasado. En las calles, ya empezaron a poner iluminación, pero es más por el Año Nuevo Lunar en enero.

En cuanto a las compras de regalos para mi familia... para eso están las tarjetas. Qué aguinaldo ni qué mi aguela, si hay brete ya es mucho. Yo espero desesperadamente que la casera no me ponga a mi y a los míos, gatos y perro incluidos, de patitas en la calle. Hasta no tener ese contrato en la mano, no dormiremos tranquilos otro año.

En vez de Zapote, tengo todo un Zapote Town, que es como le llamaron los primeros ticos a Taipei, con sus mercados nocturnos -venta de tiliches, espectáculos callejeros, comida callejera. Me hacen falta las maratones de caricaturas navideñas, las mismas películas de siempre.

Al menos tengo tamales nicas -Dios bendiga a mis vecinos del norte- y mexicanos -de El Gallo y La Casita. Hasta aguadulce -no pregunten cómo.

Que la pasen bien. Feliz Navidad.

viernes, 19 de diciembre de 2008

La escritura en la pared

Las debacles no suceden de un día para otro; por el contrario, son el resultado de un proceso en que los que saben qué está mal se hacen de la vista gorda, y los que provocan la caída acallan las voces de advertencia. Al final, todos se hunden en el mismo barreal, de donde la única forma de salir es o todos o nadie.

Les recomiendo esta pieza –advierto que está algo larga– sobre el desmadre en Wall Street. Como siempre, la crisis está en el corazón de las personas, y como dice la Biblia, de ahí salen todos los males.

“Tu reino se ha terminado y dado a los otros...”

miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Dónde están?

Leo en las noticias que en Panamá, desde finales del mes pasado, varias asociaciones taiwanesas se reunieron y donaron alimentos, ropa, cobijas, etc. para los damnificados de las inundaciones, y que desde acá mandaron un cargamento con más cosas.

Leo que también están ayudando el Sistema de las Naciones Unidas, Estados Unidos, España, Japón, Alemania, hasta Colombia, entre otros.

Y a los de Costa Rica, ¿quién los ayuda? ¿Qué pasó, no es tan serio en Costa Rica, o se quedaron las cosas en el camino, o es que como ya somos un país prácticamente desarrollado, no nos ayudan? ¿Qué está pasando con esa gente sin hogar, dónde están, cómo se las arreglan? No veo que salgan en las noticias.

Ojalá sea omisión mía y no de los periodistas o de la comunidad. Porque del Gobierno:

Ayer, a su gira por Limón, el mandatario, Óscar Arias, invitó a varios
embajadores de países cooperantes como Francia, Alemania y Venezuela, entre
otros. Pero en cada discurso culpó a los países más ricos por el calentamiento
global y, por ende, de las inundaciones de los últimos meses. ¿Quedarían los
invitados con ganas de cooperar más?


En La Nacion

EDIT:

Veo en el website del Ministerio de Relaciones Exteriores que se agradece la ayuda de Francia y el Grupo de Rio. Mmm...

sábado, 13 de diciembre de 2008

PUM! – en honor a la nueva ley de tránsito

Si quieren saber por qué no manejo motocicleta/scooter/patineta con motor en Taiwan, vean ésto. Y eso sobrios...

Hablando de papayas, ya la ley tiene el primer herido en mi familia. Uno de mis amados tíos, decidió tomar en serio la celebración etílica, perdón, navideña, pero se portó responsablemente, ante el peligro de un accidente y/o grave multa por manejar “alegre’, y a la salida de un convivio social de un centro de discusión de los problemas nacionales –entiéndase tomatinga en un bar– designó un conductor sobrio para que lo llevara en su propio carro hasta su casa.

El trayecto transcurrió sin mayores contratiempos… hasta que llegaron al lugar de los hechos. Afortunadamente, la tía y la hija estaban de visita donde la suegra, y la llegada no generó mayor trifulca ni ruido. Mi tío le regaló “alguito” al amigo que tan valerosamente lo había transportado, se despidieron fraternalmente entre propósitos para repetir la heroica hazaña y mi tío se dispuso a descender del carruaje para descansar sus adoloridos y trabajados huesos.

Aquí fue donde actuaron los gremlins: no se sabe cómo o quién, pero el freno de mano quedó algo flojo, y cedió, con el consiguiente resbalón paulatino del pesado Wrangler de la Segunda Guerra Mundial, que poco a poco agarró velocidad… Mi tío corrió, se resbaló, se raspó…fue inútil: el carromato se llevó en banda una pared –afortunadamente, la suya propia, sin daños a terceros.

Así que ahora mi tío pasará el resto de diciembre vendado –nada grave, gracias a Dios- como lora habladora, el carro en el taller, y los fondos agotados por la reparación del muro. O sea…

15 minutos de llamada telefónica de Taiwan a CR (no por Skype): 300 nts -10USD
Reírse a costilla de los demás: no tiene precio