viernes, 6 de junio de 2008




Una buen idea .... que va mal

Cicerón dijo “la persona buena no piensa mal de los demás”. De poco le valió al pobre lo que pensara de los otros si los que temían a la verdad le hicieron tragarse la cicuta... En fin, a lo tico, se pensaría de él que “todo sapo muere aplastado” y que por conveniencia, hay que seguir la corriente, y asumir el lugar que le corresponde a uno en la pirámide de sinvergüenzura y que viva la pepa.

Una cosa es ser realistas y decir, somos un país pobre, hay que ahorrar. Otra es no gastar en cosas necesarias sino en maquillaje. Y la otra es mascullar recetas aprendidas de los textos y no de la vida, que no tienen nada que ver con nuestro entorno caribeño.

A veces pienso que nuestra clase política dominante es como el pero del hortelano: ni come ni deja comer. De esta forma, cualquier vago beneficio que la supuesta aplicación “trickle down economics” pueda tener sobre la sociedad se anula efectivamente.

Me explico: es tanta la paranoia a la competencia justa y la corrupción que proyectos saludables y necesarios, como los trenes interurbanos o
la ruta intersectorial de buses, no sólo languidecen en el olvido, en el mejor de los casos, sino que en el peor, se hacen por medio de compadrazgos, o a la chambonada, o por una mezcla macabra de ambos.

Las góndolas en otros países se usan en zonas turísticas, pero con mucho cuidado. Una búsqueda casual puede revelar diversos incidentes y accidentes. Las góndolas no son para transporte colectivo en masa.

El sistema de góndolas de Maokong, inaugurado en el sector de Muzha, al sur de Taipei, han sido un éxito turístico. Sin embargo, los pasajeros sufren problemas por las altas temperaturas en verano. El servicio se cancela cuando hay tifón o rayería. El sistema cuenta por dicha con muchos adictos, quienes adoran pasear flotando entre los campos de té y templos enclaustrados, porque dar mantenimiento a esas líneas no es fácil ni barato. Hasta que las ardillas mordisqueen el cable es problema grave.
En Costa Rica, nos urge dar solución al problema del transporte. Necesitamos trenes conectando las principales ciudades. Necesitamos buses cada vez más rápidos. Necesitamos ciclovías. Necesitamos vías aligeradas y descongestionadas. Necesitamos entrar al siglo XXI con planificación responsable.

Uno de los motores del desarrollo en Taiwan fueron las inversiones en trenes durante la época colonial japonesa. Así sacaron las tucas con que se construyeron preciosos templos shinto y palacios suntuosos en Japón. Esos trenes desafiaron las montañas más altas del Sudeste Asiático, y las líneas continúan funcionando y ampliandose hoy en día.¿Qué pasó con nuestros trenes? ¿O piensan que los taiwaneses aún usan los trenes para transportar tucas?

Por otro lado las carreteras transisleñas abrieron paso a las fábricas y las exportaciones de alta tecnología, aparte de la eficaz reforma a la tenencia de la tierra. Y ni hablar de los enormes beneficios que ha traído recientemente el tren bala.

Con base en este ejemplo, en Costa Rica necesitamos bajarnos de esa nube de intoxicación por hubris y comenzar a darnos cuenta que sin los otros, mis ciudadanos de a pie, de bus, de tren y de avión, no podemos vivir, ni prosperar.