jueves, 18 de septiembre de 2008

De la necesidad de creer en cuentos chinos

La investigación se publica hoy en la revista Science demuestra que el tomar venganza es más común en sociedades relativamente corruptas y tradicionalmente antidemocráticas basadas en instituciones sociales parroquiales y autoritarias, donde los ciudadanos piensan que es aceptable esquivar impuestos o hacer caso omiso a las leyes, porque con frecuencia actos delictivos quedan impunes.

El estudio internacional analizó la medida en que algunas personas hacen sacrificios personales para beneficiar al público en general, mientras que los “freeloaders” (montados, aprovechados) tratan de tomar ventaja de su generosidad.

En trabajos anteriores, los científicos idearon un juego financiero en el que los participantes tenían que decidir si dedicar sus recursos -fichas- a un fondo común o detenerse y cosechar los beneficios del “espíritu comunitario” de los demás.

Sin una castigo financiera para aquéllos que no hicieran inversiones en el espíritu público, pero que continuaban explotando la naturaleza generosa de los demás, la cooperación fracasó rápidamente.

Sobre la base de este juego, el Profesor Simon y el Dr Gaechter Benedikt Herrmann en la Universidad de Nottingham, y el Dr Christian Thoni en la Universidad de St Gallen, Suiza, estudiaron el comportamiento de personas en 16 ciudades de todo el mundo, desde Boston y Bonn a Riad, Minsk, Nottingham, Seúl y otros.

Prof Gaechter dice: “A nuestro entender, este es el más grande estudio experimental de juegos entre las culturas que se ha llevado a cabo en el mundo desarrollado”.

Los niveles de cooperación fueron notablemente similares en todas las 16 ciudades, según informaron.

Sin embargo, contra las predicciones de los economistas, el comportamiento cambió radicalmente cuando la contribución de todos fueron reveladas - y a los jugadores se les dio la capacidad para castigar a otro jugador, quitándoles fichas.

Como los estudios anteriores habían demostrado, los jugadores estaban dispuestos a participar con una de sus propias fichas con el fin de castigar a los inversionistas que ponían pocas fichas o a los freeloaders que habían explotado a otros.

Pero las sorprendentes diferencias nacionales entonces surgieron cuando los freeloaders fueron castigados por poner sus propios intereses por delante del bien común.

En países como los EE.UU., Suiza y el Reino Unido, los freeloaders aceptaron su castigo, se mostraron mucho más cooperativos y las ganancias en el juego aumentaron con el tiempo. Sin embargo, en países como Grecia y Rusia, los freeloaders buscaron venganza -ejercer la venganza sobre los que ha castigado ellos- incluso a los ciudadanos modelo que habían pagado lo que debían. Entonces la cooperación para el bien común se desplomó como consecuencia de ello.
Traducido del diario The Telegraph