miércoles, 27 de agosto de 2008

Para guardar en la memoria...

Si bien la mayoría de las veces, el paso de un tifón significa tener un día libre para descansar, los que vivimos cómodamente protegidos en la ciudad solemos olvidarnos del peligro que conllevan estos fenómenos naturales.

Me acuerdo que una profesora de la U nos contó que durante sus estudios de posgrado en Canadá, se vino un aguacero estilo Tiquicia. Ella estaba muy contenta, ya que echaba de menos “esas tardes de aguacero interminable”. Sin embargo, se sintió muy mal al ver en las noticias que varias personas murieron ahogadas en sus carros, porque las carreteras no estaban preparadas para recibir semejante cantidad de agua.

Yo me acuerdo de lo que sintió la profe, cuando estamos acurrucados en cama, y afuera aullá el viento y salen cosas volando. Mis macetas están bien firmes, casi siempre me acuerdo de descolgar la ropa, y mis animalitos están cobijados bajo la cama o en el cuarto. Sin embargo, no todos son tan afortunados.

Las montañas de Taiwan son bellas. Sus ríos son muy amplios, y acarrean rocas majestuosas... que se vuelven en armas mortales con las inundaciones. El peligro de los derrumbes está siempre presente, y las maquinarias se movilizan rápidamente para limpiar los escombros. Sin embargo, por más previsión y auxilio, a veces ocurren tragedias. Veamos esta historia:

Honran a víctimas del tifón Toraji en Taichung

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha incluido un monumento a la memoria de las víctimas del Tifón Toraji en el diseño de su nuevo Puente Puerta Este en Taichung, informaron los medios ayer.

La familia Yang, que se ahogó durante el tifón siete años atrás, es honrada en el centro del puente, en la forma de tres caracteres chinos para persona (人 = “ren”) –uno pequeño, uno mediano y uno grande– tres personas de pie.

Yang Che-hsiang, estudiante de la Primera Secundaria Nacional de Taichung, y su madre, fueron arrastradas por el río cuando el viejo Puente Puerta Este colapsó tras las torrenciales lluvias producidas por el Tifón
Toraji el 30 de julio de 2001.

Tres semanas más tarde, el padre de Yang fue hallado muerto en la ribera del río, tras haber tratado muchas veces de hallar los cuerpos de su mujer y su hija.

Desde ese incidente, el exdirector de la secundaria ha organizado a sus estudiantes para que visiten con regularidad a la abuela de Yang.

El mejor monumento que podemos hacer es guardar en la memoria a los fallecidos y no dejar que se repita la tragedia.