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miércoles, 18 de marzo de 2009

Destapando el saco invisible

Articulo Original de Peggy McIntosh
Traducción libre por Ticoexpat

"I was taught to see racism only in individual acts of meanness, not in invisible systems conferring dominance on my group"

Se me enseñó a ver el racismo solamente como actos de maldad individuales, no como un sistema invisible que da poder a mi grupo.

I think whites are carefully taught not to recognize white privilege, as males are taught not to recognize male privilege. So I have begun in an untutored way to ask what it is like to have white privilege. I have come to see white privilege as an invisible package of unearned assets that I can count on cashing in each day, but about which I was "meant" to remain oblivious. White privilege is like an invisible weightless knapsack of special provisions, maps, passports, codebooks, visas, clothes, tools , and blank checks...

Creo que a los blancos se les enseña cuidadosamente a no reconocer los privilegios que tienen los blancos, como a los hombres se les enseña a no reconocer el privilegio de ser varón. Así que he comenzado a preguntar en forma empírica cómo se siente gozar del privilegio de los blancos. He llegado a visualizar el privilegio blanco como un paquete invisible de bienes no ganados, con los que puedo contar cada día, pero de los que “se supone” que debo permanecer inadvertido. El privilegio de los blancos es como un saco invisible y sin peso, lleno de provisiones especiales, mapas, pasaportes, libros de códigos, visas, trajes, herramientas, y cheques en blanco.

My schooling gave me no training in seeing myself as an oppressor, as an unfairly advantaged person, or as a participant in a damaged culture. I was taught to see myself as an individual whose moral state depended on her individual moral will. My schooling followed the pattern my colleague Elizabeth Minnich has pointed out: whites are taught to think of their lives as morally neutral, normative, and average, and also ideal, so that when we work to benefit others, this is seen as work that will allow "them" to be more like "us."

Mi educación no me preparó para verme a mí misma como una opresora, como una persona que goza de ventajas injustas, o como una participante de una cultura enferma. Se me enseñó a verme a mí misma como un individuo cuyo estado moral depende de su voluntad moral individual. Mi educación siguió el patrón que mi colega Elizabeth Minnich ha señalado: a los blancos se les enseña a pensar que sus vidas son moralmente neutrales, normativas, y promedio, así como ideales; por lo que cuando trabajamos para beneficiar a otros, esto es visto como trabajo que les permitirá a “ellos” ser más como “nosotros”.
...

Hasta donde tengo entendido, mis compañeros de trabajo, amigos y conocidos Africano-Americanos, con los que entro en contacto diaria o frecuentemente, no pueden contar con estas condiciones:

1. Si así lo deseo, puedo organizar estar en compañía solamente de personas de mi propia raza la mayoría del tiempo.
2. Puedo evitar pasar tiempo con personas a quienes fue educada para desconfiar de ellas y que han aprendido a desconfiar de mi gente o de mi.
3. Si necesito pasarme de casa, puedo estar bastante segura de alquilar o comprar una casa en un área que puedo pagar y en la que me gustaría vivir.
4. Puerdo estar segura de que mis vecinos en este lugar van a ser neutrales o agradables hacia mí.
5. Puedo ir de compras sola la mayoría del tiempo, segura de que no seré seguida o acosada.
6. Puedo encender el televisor o abrir la primera página del periódico y ver a personas de mi raza ampliamente representadas.
7. Cuando se me habla de nuestra herencia nacional o acerca de “civilización”, me muestran que gente de mi color ha hecho de ésta lo que es.
8. Puedo estar segura de que a mis hijos se les darán materiales curriculares que testifican acerca de la existencia de su raza.
9. Si lo deseo, puedo estar segura de encontrar una editorial para este artículo sobre el privilegio de los blancos.
10. Puedo estar segura de que mi voz se escuchará en un grupo en el que yo sea la única persona de mi raza.
11. Puedo ser casual acerca de escuchar o no lo que dice otra persona en un grupo donde ella o él es el / la única de su raza.
..
13. Ya sea que use cheques, tarjetas de crédito o efectivo, puedo contar con que el color de mi piel no afecte negativamente la apariencia de mi solidez financiera.
14. Puedo organizarme para proteger a mis hijos la mayoría del tiempo de personas a quienes no les agraden.
15. No tengo que educar a mis hijos a estar conscientes de un racismo sistémico por su propia protección e integridad física.
16. Puedo estar relativamente segura de que los maestros y jefes de mis hijos los tolerarán si ellos se apegan a las normas escolares y del lugar de trabajo, mis principales preocupaciones sobre ellos no conciernen las actitudes de otros acerca de su raza
17. Puedo hablar con la boca llena y la gente no achacará esto al color de mi piel.
18. Puedo soltar palabrotas, vestirme con ropa usada o no contestar cartas, sin que las personas atribuyan estas escogencias a la mala moral, pobreza o analfabetismo de mi raza.
...
23. Puedo criticar nuestro gobierno y hablar de cuánto temo sus políticas sin ser visto como un inadaptado cultural.
24. Puedo estar segura de que si pido hablar con la persona a cargo, enfrentaré una persona de mi raza.
25. Si un oficial de tránsito me para o uno de Hacienda hace una auditoria de mis impuestos, puedo estar segura de que no he sido escogida por mi raza.
...
50. Me voy a sentir bienvenida y “normal”en los ámbitos usuales de la vida pública, institucional y social.
EDIT:
Cambie lo de "raza" por genero, nacionalidad, afiliacion politica, clase social, apellido (pedigree) y todas esas lineas que trazamos en el suelo, piense en las consecuencias y me cuenta. El "racismo" o mas bien, la discriminacion, no es solo de colores.

martes, 15 de mayo de 2007


Paseo a Pingshi

Una de las cosas que mas me gusta de Taiwan son los trenes, primero que todo porque me recuerdan mi ninez, ya que viviamos lo suficientemente cerca de la Estacion al Atlantico como para poder verlo pasar todos los dias.
Por otro lado, acá hasta el metro me deja un poco de nostalgia, porque sé que el tren ha desparecido en Costa Rica y quién sabe cuando se volverá a ver.


Así que para mí, la ocasión para viajar en tren es de celebrar. Comenzamos el paseo con el viaje en metro hasta la Estación Central de Trenes de Taipei. Este hormiguero humano es un verdadero laberinto, pero pasar del MRT (como se le llama al metro aquí) al sistema de ferrocarril no puede ser más fácil: simplemente se sale por una puerta lateral (cerca de la salida #2; o sea, del lado que da al Civil Boulevard) y ya está uno en el área de compra de tiquetes, ya sea en una máquina automática o en las ventanillas correspondientes. Ahí compramos un pase a Rueifang, una de las estaciones de intercambio.

El área cerca de Ruifang, en la costa norte, ya es bastante atractiva en sí misma. Desde esta estación se puede tomar un taxi a Jiufen, una pequeña y coqueta ciudad turística en las colinas; o a Chinguashi, y visitar el Museo de Minería de oro o el antiguo campo de prisioneros de guerra.

En la ventanilla de tiquetes de Ruifang se puede comprar por apenas 54 NTs un pase especial para la línea de Pingshi, que permite bajarse en todas las estaciones, si así se desea. También se puede comprar por 100 NTs un tiquete de entrada al Parque Cataratas de Shifen, que es una buena oferta porque si lo compra al llegar al parque le cuesta 180 NTs.
En caso de emergencia de hambre, tambien venden un bientang muy bueno. Y no hay problema: se permite comer en el tren.



Aunque el tiquete viene todo en chino, la información básica es bastante simple. Primero que todo, la ruta marca la estación final de la línea que uno va a tomar. Segundo, uno corrobora que la información del tren, por ejemplo, el número de tren, carro, tipo de servicio y otros, sea el mismo del tiquete. Tercero, no todos los trenes vienen con asientos reservados, pero la línea de Pingshi es una línea turística y toda la gente va feliz y relajada disfrutando del paisaje, y si se puede viajar de una estación a otra, no hay problema. Si les digo que el conductor suena el pito, se acomoda la gorra, y desacelera cuando ve que lso turistas quieren fotografiar el tren. Ah! No se olviden de revisar los horarios de regreso, eso sí. Algunos trenes no van hasta la última estación del recorrido, otros no paran de vuelta en Rueifang. Ojo.

Una vez cómodamente sentados en el tren, decidimos parar primero en Pinxi, pensando lógicamente que al ser la ciudad que da nombre a la línea, será también la más interesante. Bueno, no tanto. La época buena para ir a Pinxi es justo después de Año Nuevo Lunar –conste, no es sólo Año Nuevo Chino, no sólo los chinos celebran esta festividad- cuando se liberan los faroles celestiales. Claro, la cantidad de gente atraída por los faroles es monstruosa, pero así es todo lo bueno en Taiwan.


Recorrimos las callecitas con puentes decorados, y muchos, muchos gatos callejeros. Almorzamos en una sodita de pueblo, junto con los locales, y compramos la obligatoria “tarjeta postal de madera”, uno de los recuerditos más populares de la zona.
Es linmdo pasear en esas calles estrechas tan tranquilas, que lo devuelven en el tiempo unos decenios atras, cuando la vida era mas calmada. Los adoquines y las tejas le dan a las casas un aire romantico, y el cuidado y orgullo que sienten los habitantes por sus ciudades tan especiales son realmente contagiosos.

A la segunda vuelta nos dimos por vencidos de esperar el tren y nos atrevimos a caminar hasta la siguiente estación: Chitong. Sede de un antiguo dormitorio de la época japonesa, el comercio en esta estación estaba mucho mejor organizado para sacarle la plata al turista, con más snacks tradicionales, varias cafeterías y casas de té, y otras atracciones como caminatas para buscar luciérnagas o paseos a escuelas antiguas, entre otros.

Había también un centro para visitantes bastante completo, con museo interactivo para aprender más acerca de la fabricación de los faroles celestiales. A mí lo que más me gustó fue la exhibición dedicada a la minería de carbón, antes fuente de empleo en la zona. Aparte de los instrumentos usados para la minería, como picos, palas, y otros usados en la vida diaria de los mineros, me llamaron poderosamente la atención los modelos a escala de las minas, las áreas de trabajo, los procesadores, etc...hechos con gran detalle y veracidad.

No obstante, también había demasiada gente, tanta que ni siquiera me pude comprar un helado. Así que nos devolvimos, esta vez en tren, hasta la estación de Chifen. Esta vez, el comercio se extendía por toda la zona a ambos lados del tren, hasta llegar al Parque Cataratas de Chifen. Me compre una botella de un litro de té de shanzao (traducido sería zacate de montaña, un té de hierbas amargo, de color negro asfalto, que no a todos los locales les gusta, pero muy popular en primavera) y con el calor lo baje de un solo. También compré unos bellos mini faroles celestiales para armar, que enviaré como regalos a mis amigos interesados en Taiwan. También había lámparas en forma de farol, hechas con tela tradicional (peonías impresas en un fondo rojo); mini faroles con luz de LED, más tarjetas postales de madera, labradas con motivos de faroles y paisajes de la zona; camisetas estampadas con fotografías del tren; bueno, se pueden imaginar la cantidad de artículos. Yo no sé ustedes, pero cada vez que voy a estos lugares, se me ocurren un montón de artículos para promocionar los pueblos corrongos de Costa Rica. Si alguien quiere ser mi socio, que me escriba.

Nosotros recorrimos el trecho hasta las cataratas, pero como había que pagar, nos regresamos a Chifen por un sendero entre la montaña. Ya para entonces había comenzado a anochecer, y los primeros faroles celestiales comenzaban a ascender al cielo. Hora de regresar a casa.