jueves, 21 de junio de 2007

El Derecho al Berreo

Lamento la tardanza en comentar acerca del hecho historico que se nos vino encima. Ticoexpat se ha visto sumamente afectado emocionalmente por el bazucazo del Aguila Imperial. No quiero ni tocar "el temita" - eso de ruptura de relaciones me suena a divorcio estilo La guerra de los Roses. Nadie puede salir ileso.

Como buen budista, creo en el karma. El "realismo" de Oscar Arias me suena a "realismo magico" como caer en el Aleph de Carpentier, y su adaptarse a lo que hacen los demas 168 paises se siente como tragarse 1984 y asumirlo - ni que Farenheit. Hubris colosal de dictar los destinos de un pais sin dudar un golpe de timon, sin consultar, ni asumir. Antes pensaba - y me disculparan mis coterraneos chinos - que era un defecto de caracter oriental, querer salvar la cara sobre todas las cosas. Pero no, es universal, como todas las tragicas fallas humanas.

Como dije antes, opino que la ley del karma es una espada de Damocles, que pende sin darse cuenta. Nosotros en Taiwan tambien tenemos una espada sobre nuestras cabezas, y es de admirar esta gente. Pudo haberse dado por vencida cuando invadio Koxinga, pero no. Pudieron someterse a los japoneses, pero no. Ni siquiera el KMT logro erradicar completamente su derecho al berreo - sino, porque se quejan tanto de los jupones surenos? Es como decir: para que comer, si siempre voy a tener hambre? O si soy policia: para que perseguir ladrones, si siempre hay alguien que roba? O para que estudiar, si siempre habra alguien mas inteligente?

La mayor leccion que he aprendido aqui de esta gente es a tratar de ser humilde. Todos los dias lucho contra mi orgullo e intolerancia, y no hay mas grande enemigo que uno mismo. La otra gran leccion es que where there is a will there is a way. Y si uno lo desea, encuentra el camino. Me arrepiento profundamente solamente de las veces en que no quise dar un paso por miedo, ya fuera propio o por ser amedrentado. La ultima perdida fue tan grande que me prometi no volverlo a hacer. Desde entonces vivo con la conciencia mucho mas tranquila. Dios sabe que eso lo aprendi de esta gente, que viven en una isla que se enfrenta a la naturaleza - terremotos, tifones, inundaciones terribles, etc. - y a la politica - el ejercito mas grande del mundo, leyes impuestas unilateralmente, un mundo que los cree titeres o monedas de cambio, pero aun asi no se dan por vencidos. Siguen adelante todos los dias sin perder de vista la meta. Son como el bambu: se doblan pero no se quiebran.

Me diran: se enganan a si mismos, ya la guerra esta perdida. No lo creo. Yo confio en el derecho de la autodeterminacion de los pueblos. Cierto, el mayor peligro son Malinches, o los que abren las puertas de la Muralla china por adentro. Pero el espiritu es fuerte, y al espiritu no se le puede encadenar. Puede perder el rumbo un rato, vagar errante, pero sigue firme.

Repito: yo creo en el karma. O como decimos en Tiquicia, arrieros somos, y en el camino andamos. No hay nada que pueda ser encubierto, y se puede enganar alguna gente todo el tiempo pero no a todos todo el tiempo. Lo bueno y lo malo sale a la cara. nadie puede ocultar su verdadera naturaleza siempre. Yo sigo apegada a mis valores, que en este momento hacen eco de los de Taiwan. Ser libre es una responsabilidad, y por ello ejerzo mi derecho al berreo.

Existe mucha falta de informacion sobre lo que realmente sucede en este lado del mundo. Por este medio anuncio la creacion de un nuevo blog, en el cual traduciremos mas noticias y datos que permitan hacer una evaluacion mas detallada. Procuraremos dar una vision abarcadora que permita conocer y apreciar, dando cifras y datos concretos para evaluar, buscando en lo mas posible desenmascarar los mitos y desembarazarse de las manipulaciones. Seria presuntuso decir que voy a ser neutral: el observador siempre cambia al objeto observado. No obstante, ojala mi voz pueda plantar la duda existencial, que corroe y no deja que nos traguemos todo lo que nos ponen por delante y regurjitemos cual ovejas atoradas de pasto seco. Ya lo dijo antes un sabio: mansos como palomas, astutos como serpientes. Aspiro a tener discusiones interesantes y aprender a mismo tiempo que comparto lo que he hallado en este lugar.

Finalmente, con todo el respeto, si alguno de los mil misiles que hay del otro lado del Estrecho de Taiwan llegara a mandarme al otro plano existencial, prometo que mi fantasma volvera a Tiquicia.

martes, 15 de mayo de 2007


Paseo a Pingshi

Una de las cosas que mas me gusta de Taiwan son los trenes, primero que todo porque me recuerdan mi ninez, ya que viviamos lo suficientemente cerca de la Estacion al Atlantico como para poder verlo pasar todos los dias.
Por otro lado, acá hasta el metro me deja un poco de nostalgia, porque sé que el tren ha desparecido en Costa Rica y quién sabe cuando se volverá a ver.


Así que para mí, la ocasión para viajar en tren es de celebrar. Comenzamos el paseo con el viaje en metro hasta la Estación Central de Trenes de Taipei. Este hormiguero humano es un verdadero laberinto, pero pasar del MRT (como se le llama al metro aquí) al sistema de ferrocarril no puede ser más fácil: simplemente se sale por una puerta lateral (cerca de la salida #2; o sea, del lado que da al Civil Boulevard) y ya está uno en el área de compra de tiquetes, ya sea en una máquina automática o en las ventanillas correspondientes. Ahí compramos un pase a Rueifang, una de las estaciones de intercambio.

El área cerca de Ruifang, en la costa norte, ya es bastante atractiva en sí misma. Desde esta estación se puede tomar un taxi a Jiufen, una pequeña y coqueta ciudad turística en las colinas; o a Chinguashi, y visitar el Museo de Minería de oro o el antiguo campo de prisioneros de guerra.

En la ventanilla de tiquetes de Ruifang se puede comprar por apenas 54 NTs un pase especial para la línea de Pingshi, que permite bajarse en todas las estaciones, si así se desea. También se puede comprar por 100 NTs un tiquete de entrada al Parque Cataratas de Shifen, que es una buena oferta porque si lo compra al llegar al parque le cuesta 180 NTs.
En caso de emergencia de hambre, tambien venden un bientang muy bueno. Y no hay problema: se permite comer en el tren.



Aunque el tiquete viene todo en chino, la información básica es bastante simple. Primero que todo, la ruta marca la estación final de la línea que uno va a tomar. Segundo, uno corrobora que la información del tren, por ejemplo, el número de tren, carro, tipo de servicio y otros, sea el mismo del tiquete. Tercero, no todos los trenes vienen con asientos reservados, pero la línea de Pingshi es una línea turística y toda la gente va feliz y relajada disfrutando del paisaje, y si se puede viajar de una estación a otra, no hay problema. Si les digo que el conductor suena el pito, se acomoda la gorra, y desacelera cuando ve que lso turistas quieren fotografiar el tren. Ah! No se olviden de revisar los horarios de regreso, eso sí. Algunos trenes no van hasta la última estación del recorrido, otros no paran de vuelta en Rueifang. Ojo.

Una vez cómodamente sentados en el tren, decidimos parar primero en Pinxi, pensando lógicamente que al ser la ciudad que da nombre a la línea, será también la más interesante. Bueno, no tanto. La época buena para ir a Pinxi es justo después de Año Nuevo Lunar –conste, no es sólo Año Nuevo Chino, no sólo los chinos celebran esta festividad- cuando se liberan los faroles celestiales. Claro, la cantidad de gente atraída por los faroles es monstruosa, pero así es todo lo bueno en Taiwan.


Recorrimos las callecitas con puentes decorados, y muchos, muchos gatos callejeros. Almorzamos en una sodita de pueblo, junto con los locales, y compramos la obligatoria “tarjeta postal de madera”, uno de los recuerditos más populares de la zona.
Es linmdo pasear en esas calles estrechas tan tranquilas, que lo devuelven en el tiempo unos decenios atras, cuando la vida era mas calmada. Los adoquines y las tejas le dan a las casas un aire romantico, y el cuidado y orgullo que sienten los habitantes por sus ciudades tan especiales son realmente contagiosos.

A la segunda vuelta nos dimos por vencidos de esperar el tren y nos atrevimos a caminar hasta la siguiente estación: Chitong. Sede de un antiguo dormitorio de la época japonesa, el comercio en esta estación estaba mucho mejor organizado para sacarle la plata al turista, con más snacks tradicionales, varias cafeterías y casas de té, y otras atracciones como caminatas para buscar luciérnagas o paseos a escuelas antiguas, entre otros.

Había también un centro para visitantes bastante completo, con museo interactivo para aprender más acerca de la fabricación de los faroles celestiales. A mí lo que más me gustó fue la exhibición dedicada a la minería de carbón, antes fuente de empleo en la zona. Aparte de los instrumentos usados para la minería, como picos, palas, y otros usados en la vida diaria de los mineros, me llamaron poderosamente la atención los modelos a escala de las minas, las áreas de trabajo, los procesadores, etc...hechos con gran detalle y veracidad.

No obstante, también había demasiada gente, tanta que ni siquiera me pude comprar un helado. Así que nos devolvimos, esta vez en tren, hasta la estación de Chifen. Esta vez, el comercio se extendía por toda la zona a ambos lados del tren, hasta llegar al Parque Cataratas de Chifen. Me compre una botella de un litro de té de shanzao (traducido sería zacate de montaña, un té de hierbas amargo, de color negro asfalto, que no a todos los locales les gusta, pero muy popular en primavera) y con el calor lo baje de un solo. También compré unos bellos mini faroles celestiales para armar, que enviaré como regalos a mis amigos interesados en Taiwan. También había lámparas en forma de farol, hechas con tela tradicional (peonías impresas en un fondo rojo); mini faroles con luz de LED, más tarjetas postales de madera, labradas con motivos de faroles y paisajes de la zona; camisetas estampadas con fotografías del tren; bueno, se pueden imaginar la cantidad de artículos. Yo no sé ustedes, pero cada vez que voy a estos lugares, se me ocurren un montón de artículos para promocionar los pueblos corrongos de Costa Rica. Si alguien quiere ser mi socio, que me escriba.

Nosotros recorrimos el trecho hasta las cataratas, pero como había que pagar, nos regresamos a Chifen por un sendero entre la montaña. Ya para entonces había comenzado a anochecer, y los primeros faroles celestiales comenzaban a ascender al cielo. Hora de regresar a casa.



miércoles, 25 de abril de 2007
















Curvas cerradas

Lo prometido es deuda. El sábado tempranito salimos en caravana hacia Pinglin. Como vivo en la parte sur de la ciudad, fuimos en MRT hasta la estación final de Xindian, donde se pueden tomar buses a Pinglin, Wulai, Sanchia, y otros lugares interesantes.
Los buses a Pinglin sales aproximadamente cada hora, a la hora y cuarto. Justo fuera de la estación de tren, hay un quiosco del Gobierno del Distrito de Taipei, donde pueden darle una hojita con los horarios ida y vuelta, así como mapas, y demás etceteras para turistas despistados.









En la estación de bus fuimos acosados por una bandada de taxistas piratas, que ofrecían sus servicios de guía para Wulai. Salados, papitos, porque puedo leer chino y saber que: 1. No me estás cobrando mucho, pero sé que en el restaurante o centro de aguas termales que me dejes te van a dar propina. 2. Los buses de Wulai pasan cada media hora. Y 3. ¡De por si yo voy para Pinglin, te lo digo por quincuagésima vez!

Una vez en el bus, disfrutamos del paisaje junto al río. Arboles preciosos, casitas coquetas, escuelas como estampas típicas. Unos cuantos residenciales tipo colmenares todavía nos acompañaron un rato –persistentes- hasta que empezamos a subir una cuesta como Cambronero. En serio, era como pasar por el Cerro de la Muerte, neblina y todo, con la excepción de que era en una carretera, que si bien no era nada ancha, sí estaba mejor demarcada, con espejos en las esquinas, paredes de contención, y sin tanto loco acelerado. No obstante, el chofer, como llevaba algo de hambre porque había comprado su bientang (casado chino empacado en una cajita de cartón), se le ocurrió a medio camino comenzar a acelerar... en esas curvas. No sentí temor de algún accidente en ningún momento, ya que no iba tan rápido subiendo la cuesta, pero el problema es que el efecto centrífugo en mi aparato digestivo fue catastrófico. Me pareció volver a tener cuatro años en esos viajes largos a Limón, dejando en el camino el desayuno tan rico que comía uno en Cervantes.









Para no cansarlos con el cuento, llegué yo primero y mi estómago después. El lugar estaba vacío; desde que abrieron el Túnel Shueshan, el más largo de Asia, para cortar camino a Ilan, la gente ya no precisa subir esa cuesta monstruosa y prefiere la autopista que lo deja en la costa este en 45 minutos, por lo que Pinglin ha perdido algo del tráfico de turistas de fin de semana. Ahora solamente buses de chinos continentales o excursiones ya sea de motociclistas de más de 2500 cc, empresas algo tacañas, o ciclistas masoquistas pasan por la zona. Lo cual es una pena, ya que el paisaje es bellísimo.
Sin embargo, salimos rascando, ya que no se veía un lugar para comer ni en pintura. Eso en Taiwan es algo rarísimo. Ni siquiera un 7-Eleven. Umph, sospechoso. El colmo fue que en el Museo del Té sólo tenían helados, semillitas y pare de contar. Así que tuvimos que caminara a la entrada del poblado, donde por suerte había un café al aire libre, con vista al río. ¡Ahh¡ La comida estuvo buena, el paseo corrongo. Y lo más importante, la pasamos bien. El problema fue regresarse a Taipei pasando las mismas curvas. ¡Hugo!

viernes, 30 de marzo de 2007



¡Qué tiempos más locos!

Al fin salió el sol después de tres largas semanas de lluvia, viento y frío. Para hacerla mejor, este fin de semana no tengo nada que hacer –no hay actividades extracurriculares –a.k.a fiestas- la casa está limpia, la ropa lavada, y la otra semana hay un feriado largo de 4 días –dejando solamente 3 días laborales. Entiéndanme, que eso acá en Taiwan es muy difícil. El año pasado tuvimos sólo 3 días feriados...en todo el año, y no fueron seguidos. Así que hoy viernes, estoy haciendo planes para invertir ese tiempo libre de la forma más agradable posible.

Para que vean ustedes lo loco que está el tiempo, este fin de semana se pronostica una temperatura máxima en Taipei en unos 30 grados...en plena primavera. El martes 3 de abril probablemente golpee la isla un frente frío, con temperaturas de hasta 12 grados o menos en la ciudad, y es muy probable que haya nieve en las montañas del centro.
Aprovechar este buen clima es fácil: sólo falta escoger dónde ir y a pasear. Una de las cosas que más me gusta de acá es el eficiente servicio de transporte, que te deja hasta en la última montaña. Ayúdenme a decir cuál plan suena mejor:
Tomar el metro hasta Danshuei, un puerto turístico al norte de Taipei. De ahí, se puede ir a la playa, o pasear por el malecón, o tomar un bote ya sea a Bali -al otro lado del puerto- que hay un parte y senderos preciosos, o un ferry de vuelta hasta Taipei. Si no, se puede quedar uno a medio camino en Guandu, y entra en el área de conservación de manglares o alquilar una bicicleta y dar vueltas por ahí.
Tomar un bus a Wulai, Pinlin o Sanxia. Todos estos son pueblos pequeños, a media hora máximo de Taipei. La parte del centro de todos ellos está algo “quemada”; o sea, demasiado turístico, pero si uno se sale del beaten path encuentra cosas bellas, como casas antiguas, puentes de hamaca, restaurantes y cafés acogedores. Wulai tiene un museo dedicado a los aborígenes, Pinlin uno dedicado al té, y Sanxia un templo cuyos detalles decorativos son obras de arte.
Tomar el tren a algún pueblo más lejos, como Hsinchu, Inge, Sanyi, Pingshi,... o cualquiera así por probar.
En otras palabras, por menos de 100 New Taiwan Dollars (unos $3 US), me puedo dar el gusto de alejarme del mundanal ruido de la ciudad. Este es mi consejo especial para todo aquél que desee venir a Taiwan: es necesario salir de la ciudad al menos una vez al mes, sino una vez a la semana. Vivir como abejas en un colmenar es bueno hasta cierto punto, tiene muchas ventajas, pero lo cierto es que por aquéllo de la salud física y mental, es recomendable chinearse un poquito.
Acá no es como en San José, que se abre la ventana y te saluda un caballo comiéndose las rosas ... en un área supuestamente residencial (el problema no es de dónde se zafó el caballo, sino dónde fue a parar). Bueno, eso ya es exagerar, pero no es lo mismo tener ardillas y pajaritos en los árboles, ver las montañas mientras tiendes la ropa, y admirar esas nubes enormes, inmensas, abrazadas a los volcanes.

Una por otra. A mi me gusta mucho Taiwan. Es un lugar que se acopla muy bien a mi estilo de vida. Este paraíso de los nerds tiene librerías y bibliotecas por todas partes, y esto significa alcanzar el cielo para una rata de libros como yo. Los cines de estreno son carísimos, pero existe la opción de ir a ver las películas algo pasadas en cines de segunda, a un precio risible (y a dos por uno). Los museos son muy populares: prueba de ello es que hay que hacer filas de horas en el Museo del Palacio. Para los que padecemos de hambre 24 horas al día, hay mercados nocturnos, así como puestos de ventas callejeras –bastante buenos en general- y supermercados de 24 horas en cada cuadra. Pero yo lo que quiero es que mi mamá me haga un chocolate caliente. Diay, ni modo.

lunes, 19 de marzo de 2007


Como viajar de Macondo al otro lado del espejo sin perder el equipaje

No había vuelto a escribir porque se me ocurrió la genial idea de desconectar el teléfono y el Internet antes de partir para mi amada Tiquicia. Lo que no se me ocurrió fue dejarlos de manera que fueran fáciles de reconectar. Ahora hay tal enredito de cables y aparatos detrás de la compu que no me animo a entrarle, sólo para pasarle la aspiradora y medio limpiar por ahí.
Hacía un calor de película en San José. Yo que no soy de ir a la playa, pase sinceramente en shorts y sandalias a lo turista gringo. Lo pasé lindo, comiendo, visitando gente, disfrutando del silencio, la naturaleza, el calor de hogar. Y es que la verdad, yo siempre llego más perdido que el chiquito de la Llorona, así que no me gusta salir y prefiero pasarlo con mi familia. Eso, más la paranoia institucional promovida por los medios, y el caos real vehicular, digamos que me inhiben de explorar más y le restan turisteada al paseo. Aún así, cumplí con mi deber patriótico de ir de compras al Mercado Central, Moravia y Sarchí, comer típico, comprar café a montones y vacilar con mi gente. Eso sí, todavía no me acostumbro a eso de que el día se acabe a las 4 o 5 de la tarde. La gente llega, se mete como un cusuco a las casas, y se acabó. No mas shopping, no mas movimiento económico.




Ah, pero tambien tengo una lista grande de quejas. Empecemos por el principio. A mí me parece que eso de hacer fila a la intemperie, en Migración, en los aeropuertos, en las instituciones públicas, en los bancos, en las tiendas, etc., es un insulto a la dignidad humana, una falta de seriedad y compasión, un ejemplo no de tercer mundismo sino de ignorancia, un ataque en contra de la vida misma. Veamos por ejemplo, uno sale del aeropuerto, y no hay un teléfono público a la vista. Si quiere usar el teléfono, tiene que devolverse a las salas de abordaje –y esto es después de pasar migración y aduanas. Si viaja solo, ¿dónde deja las maletas? No hay un lugar TECHADO donde sus parientes lo reciban ni donde usted pueda espera en forma SEGURA a sus compañeros de viaje. Usted sale directo a la calle, a un mercado persa de sabe Dios que clase de gente que le agarra las maletas y no las suelta si no es dando unos billetitos verdes. Da miedo salir del Santamaría y ni que decir del Oduber.




Las disque llamadas calles –ojalá caiga uno de noche en esos cráteres- hasta que dan lástima por la falta de mantenimiento, iluminación y señalización. Mensaje a las importadoras de autos: favor importar carros con POWER STEERING. El primer hueco en que cae uno le suelta la rueda de las manos. Generalmente, acto seguido el carro se tira al carril contrario. Por eso hay tantos accidentes en los que uno ve choques de frente –los más fatales, by the way. Eso y los falso adelantamientos por la estrechez de las carreteras, el exceso de velocidad, la falta de solidaridad entre los conductores, etc. Y la torpeza de la gente. Vamos llegando al hotel y veo un par de figuras al frente. De pronto, una de ellas cae en media carretera. Va frenazo. ¿Qué paso? Que iban cruzando la pista cargando las bolsas del mercado, se empezaron a regar los chunches, y se pusieron de cuatro patas a recogerlos. Esto en media pista por Belén, sin iluminación, ni paso peatonal. “A la gente no les gusta usar los pasos peatonales porque los asaltan”, me explican mis parientes. O sea....




El peor susto vial me lo lleve en la manejada al Volcán Poás. Mi tío me contó un chile muy al caso. Llega un ingeniero a un pueblito perdido. “¿Ustedes cómo trazan las calles? Diay, soltamos un burro y lo seguimos. ¿Y si no hay burro? Pues llamamos a un ingeniero, replican. Calculo curvas cerradas por más de 40 minutos en un trecho en subida, con un sólo carril. De locos. Y tenés que ir soplado sino el carro no sube. Y el que va bajando va soplado porque no va a ir en compresión ni a freno todo el rato. PUM!




Conste que los extranjeros se quejan del tránsito en Taiwan. Que cruzar una calle en Taipei es como jugar Frogger en vivo, que en el sur nadie respeta las leyes de tránsito, que los motociclistas son demasiado audaces, los conductores no saben para que son los retrovisores, los “camiones azules” un atentado contra la vida humana, los autobuseros una manada de maniaco-suicidas, y demás alimañas y animales viales habidos y por haber. Pero con los 1,2 motos por habitante y dos millones de commuters diarios en Taipei, sería de esperar que se maten como moscas. ¿Saben que he visto peores y más numerosos accidentes en Tiquicia que acá? ¿Saben porqué? Respeto a las leyes de tránsito -a veces si, a veces no, pero con polis por todo lado-, policías con autoridad –los policías de tránsito son los mismos policías metropolitanos, y acá no se andan por las ramas, la cosa es en serio-, y lo más importante, buena señalización, mantenimiento en las carreteras, y excelente iluminación. Y diay, sí, porque con tanto carro no pueden ir soplados. Además, los carros son otra cosa. Estaba leyendo acerca del Fulano que se mató en su recién comprado Porsche por el Multiplaza. Acá hubo un incidente muy publicitado sobre un baboso hijo de papi que venía soplado en un Jaguar, haciendo pique hasta que PLAF! Si los dos quedaron untados en un poste, ¿porqué el de Taipei salió vivito y coleando al día siguiente en una conferencia de prensa, sonriendo de oreja a oreja, asegurando que se compraría otro carrito igual tan pronto (if...) le devolvieran la licencia? One word: airbags.






Otro día hablamos de política y TLC. Resumiendo: la pasé muy bien en Tiquicia, pero lo que más me alegra es volver sano y salvo a mi cajita de fósforos en este palomar humano en que vivimos que se llama Edificio Prosperidad, en el callejón 18 de la calle Certeza en un suburbio en las afueras de la ciudad de Taipei.

sábado, 20 de enero de 2007



Les cuento que desde que llegue a Taiwan, me siento mas tico que nunca. Es como si todo el "maiz" que se había sembrado dentro, entre las idas a la finca del APSE, al Bosque de la Hoja, a la Sabana y al Parque del Este, o en paseos en tren a Orotina y Mata de Limón, salio a la luz precisamente en medio de este caldero de nacionalidades en que se mueve un estudiante internacional en Taipei. Creo que eso tan autóctono de ser como somos (en términos culturales muy generales), se lo come uno con "sanguches" de pepino y huevo duro acompañados con ensalada rusa; lo justifica oyendo la Patada, radio Reloj el 31, y a las Cuatrufias (cuando estaban). Es lo que se aprende de los cuentos de los abuelos, de las madrugadas en el Seguro, de acompañar a los mayores al mercado Borbon, de andarse la Avenida Central hasta el Mercado Central, de "trepar" las cumbres en Alajuelita, Escazu o San Rafael de Heredia, persiguiendo ranas, libélulas y coleccionado rocas raras. Uno es "patica al suelo", simple y llano.


Tal vez por fuera esta uno muy "agringado", y si no fuera por mi Tata, seria de la generación que le hace feo a la marimba, los desfiles con carretas de bueyes, los turnos de pueblo. Ahora que la búsqueda del dinero ("de buscar el cinco para completar los 95") lo leva a uno a explorar horizontes mas allá de donde se pone el sol, y se queda uno sin referente de nada, o mas bien, en enfrentamiento a todo, no queda sino retomar lo mas básico, lo autentico.


Cuando uno viene acá, conscientemente entiende lo que es el choque cultural. Lo que no se le ocurre es el aporreo diario de los diferentes golpes a la lógica. Estar acá implica pasar al otro lado del Espejo. Esto es Alicia en el País de las Maravillas, y usted es Alicia. Hay que tomarse las cosas con calma, para evitar enloquecer con el dialogo interno de: Pero porque hacen eso así? Porque no me entienden? Que están pensando? Que hice mal? Como arreglo la torta? No me lo tome a mal, aquí se esta muy bien, pero que es diferente, es diferente. Y que esperaba? Porque tiene que ser igual? Por que "igual" es lo "mio", es lo "lógico", se repite usted a si mismo, hasta que su parte racional le indica que: Suave mae, que es bolero. Queda, pues, en su manos, aceptar, y ser aceptado; respetar, y ser respetado. Al final, se conoce mas a si mismo y de lo realmente esta hecho.


Que como me siento yo acá? Bueno, sin dejar de ser tico, este es mi hogar. Quoting Maoman: I'm a foreigner, but I'm not a stranger.


A que se debe todo este discurso? Pues bien, por un lado, que hasta aca lo persiguen a uno los tramites engorrosos, las serruchadas de piso, la misma vaina. Lo bueno y lo malo que compone esos gajos de la vida diaria. Yo queria que este blog fuera de temas livianos y positivos, pero me da pena ajena, como leer en la Nacion que un diputado gemelee la pension, o que un cargo politico en Nicaragua genera mas que el salario del presidente de esta isla. Esto sin mencionar que la plata que sale de aca -que aqui no estamos para botar plata- muchas veces termina sufragando los gastos VIP de alguno, en vez de la cancha de futbol, la iluminacion, el tratamiento o los insumos agricolas que se necesitan (porque cuando sale, ya no se puede decir ni pio, so pena de romper relaciones). Por el otro lado, es que pronto la cedula con el Braulio Carrillo de adorno, ese pasaporte azul, podria no ser mio mas. Y aunque lo uno no tiene que ver con lo otro -hago enfasis en este punto- porque ningun papelito ni titulo ni reloj marca XXX lo definen a uno, el "maiz" no se quita ni con aguarras. Tuanis?


sábado, 6 de enero de 2007


Este es el Año del Cerdito, mi año según el calendario chino. No obstante, por ahora se pinta el Año del Doctor, otro patatús me tiene en cama por segunda vez en lo que va del año.
De todos modos, con un frío de 8 grados Centígrados, tampoco es mucho lo que se puede hacer. Leí que hace un par de semanas hizo mucho frió en Costa Rica -13 grados! 12! 2 en el Volcán Irazu!- Jah! El clima en nuestro país es envidiable, imaginese 22 grados como promedio. En cambio acá, la humedad, la contaminacion, la grima... es esa capa gris que se asienta sobre las cosas, el polvo fino que cubre el suelo hasta hacer del parchet una masa pegajosa... Hoy es día de hacer limpieza, así que me contento con pasar la aspiradora, levantar unos cuantas capas de polvo y desinfectar las superficies. No se si en otros países usaran mascarilla N95 para la limpieza, pero acá lo hago por las alergias, no por el SARS o cualquier bicho raro.
Y a las 7 y media hay que corretear el camión de la basura. Me imagino la revolución que causaría una determinación así en Costa Rica, pero acá tiene mucho sentido. No se acumula la basura, no se crean focos de moscas y enfermedades, ni hay gente o perros rebuscando entre lo que los demás tiran. El camión no es tan pequeño, pero siempre me asombra como lo meten en espacios tan reducidos como mi callejón. Las señoras, los maridos, los jóvenes, salen al sonido de la diana -Fur Elise, creo que se llama la pieza- con su cargamento y por sus propias manos lo depositan dentro del recolector. Una vez al año se oye de algún accidente -tristemente lamentable y prevenible a la vez, en la mayoría de los casos- pero en general es un metodo rápido, sencillo y eficiente. Es la única vez que muchas de las empleadas filipinas pueden congregarse y conversar, y les da a los vecinos en general la excusa de reírse de su tico residente que sale con una bolsa enorme como si fuera una familia de cinco en vez de uno el que vive en el apartamento.
Hoy es sábado, y junto con el camión de la basura pasa el recolector de reciclables. generalmente, prefiero dárselo a uno de esos señores que pasan empujando un carretón, pero si no los veo o las cosas están muy furris, PUM! ahí van. Es una buena iniciativa municipal, pero lo mas importante, es que resulta buen negocio para los que lo necesitan. Hasta las organizaciones voluntarias y de beneficiencia compiten por los restos del reciclaje. Yo por mi parte, colaboro generosamente, también para deleite y solaz de mis vecinos metiches. Lo divertido -o no tan divertido- es que si se tiran muebles, siempre habrá un alma caritativa que los reciclara para si mismo -así conseguí la mitad de mis cosas- y lo que yo he tirado -ejemplo, colchones- alguien lo recojiera, lo forrara de nuevo, y se lo venderá a algún baboso como yo.
Mientras tanto, le encenderemos una velita a algún santo para ver si esta racha de visitas al medico pasa de largo. ya les contare como es el equivalente al Seguro Social acá en Taiwan. Ahora oigo la Fur Elise que me llama. Suave! Que me deja el camión!

lunes, 1 de enero de 2007



El primer día de 2007 llega cargado de importantes preguntas, como por ejemplo, donde esta Radio Reloj en Internet? Me conformo con pasarla entre Monumental, Columbia y Faro (para empezar el año de la mano de Dios).
De ahí, pasamos a la siguiente pregunta: porque tras tantos años en este destierro voluntario, volvemos a sentir la necesidad de escuchar el viejo conteo minuto a minuto, segundo a segundo? La respuesta es obvia: por mas gentes en la calle, por mas fiestas, por mas ahumadas reuniones de extranjeros -"es el humo del cigarrillo que me hace llorar"- y fuegos artificiales en el edificio mas grande del mundo, la celebración no lleva todo el corazón porque aquí los locales saben que este no es el fin de año para ellos y esta no es la fiesta mas grande -apenas por venir. No es lo mismo, ni se siente lo mismo.
Me hace falta sentir los fríos de diciembre, frescos y aromáticos (a cipreses y tamal), en vez de este aire seco y congelante. Extraño salir de compras -realmente salir de compras- con esa ilusión de lo que se espera todo el año. Las siestas en la tarde, las visitas familiares, ... se han ido sustituyendo con los años, pero aun quedan ahí. Envidio a mis tías en Estados, que tienen lo mejor de dos mundos (un mundo desarrollado para trabajar, y otro familiar para pasar las fiestas). Claro, no quiero ni pensar lo que es viajar en esta época. Brr.
La tercera pregunta es que si se le llama a la intoxicacion por alimentos la venganza de Montezuma, entonces, como se le puede llamar en Taiwan? La venganza de Koxinga suena bastante irrespetuoso, y que yo sepa, el hombre le gano a los extranjeros, así que no tiene de que vengarse. No conozco el nombre de algún otro personaje histórico que se ajuste al patrón, pero ya veré a quien puedo culpar de las oa que no estaban frescas. (Ouch!)