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martes, 22 de abril de 2008

El otro lado de la cuestión

Ver original en inglés aquí

El día en que la Antorcha Olímpica recorría San Francisco, Grace Wang,
estudiante de primer año de la Universidad Duke, halló al salir del comedor un
puñado de estudiantes reunidos en una vigilia pro-Tíbet enfrentados a una
delegación mucho mayor de estudiantes pro-China.

Wang, que tenía
amigos en ambos bandos, trató de mediar para que ambos grupos dialogaran.
Comenzó a recorrer “el punto medio”, pidiéndole a los líderes que conversaran e
hicieran concesiones.

...

Pero nadie hizo caso a su
intermediación. Con la ira china desencadenada por la interrupción del paso a la
antorcha, y las críticas hacia la política gubernamental para el Tíbet, lo que
fuera antes una causa favorita dentro del campus –el pueblo del Dalai
Lama-- se convirtió en un fuerte punto de conflicto, como descubriría Wang
muy pronto.

Al día siguiente, una foto de Wang, con las palabras
“traidora a su patria” escritas en la frente, apareció en un foro en Internet
para estudiantes chinos. También se publicaron su nombre en chino, su número de
identificación, e información personal, así como la dirección del apartamento de
sus padres en la ciudad portuaria de Qindao, PRC.

Aumentado con
rumores calumniosos y fotografías manipuladas, la historia de la joven que
supuestamente se había aliado con Tíbet se diseminó por los sitios en Internet
más populares de China, generando cientos de enardecidos, e insultantes aportes,
algunos sugiriendo que la frieran en aceite. Alguien publicó una foto de un cubo
con excrementos, supuestamente enviado a la puerta de la casa de sus padres,
quienes se han tenido que esconder.

“Si regresas a China, tu
cuerpo será despedazado en diez mil pedazos”...

En una
entrevista, Wang afirmó que era vituperada injustamente.

“Si los
traidores son aquélos que quieren dañar a China, yo no soy parte de ellos. Los
que me atacan afectan la imagen de China aún más. Ellos no saben que amar a
China no es mandarme a mí o a otros a callar”


De su propia boca.


Estudio idiomas –italiano, francés y alemán. Este verano –ahora que parece que
no podré regresar a mi hogar en China-- tomaré unas clases de árabe. Mi
meta es dominar diez idiomas, además de mi chino e inglés, antes de llegar a los
30.
...
Por tratar de mediar entre los que protestaban a favor de China o
de Tíbet, quedé atrapada en el medio, señalada como una villana y amenazada por
los chinos.
...

Ha sido una experiencia escalofriante y
abrumadora. Pero estoy decidida a expresarme, aún ante las amenazas y los
insultos. Si me quedo callada, lo mismo le sucederá a alguien más algún
día.



Señor, hazme instrumento de tu paz...

martes, 8 de abril de 2008

Vigilia por Tíbet


Como individuo, un ser humano solo puede sentirse impotente al enfrentarse a la injusticia. No obstante, como dijo Pope, “no man is an island - ningún hombre es una isla”. Me gusta mucho un anuncio que alaba el poder de uno. Aunque sea por propósitos comerciales, de vez en cuando hay que animarse a dar el paso al que llama la decencia, y ningún corto puede generar mayores sentimientos en ese departamento que la imagen del hombre frente al tanque en la Plaza Tiannamen. Peor es cuando se sabe cómo terminó ese evento.

Supongamos que usted conoce a alguien que dice: “Yo soy Fulano de Tal, empresario exitoso”. Si usted no sabe nada de esa persona, confía en lo que ella dice, y más si otros lo repiten. Si resulta ser que los hechos no apoyan sus afirmaciones, uno empieza a desconfiar pero piensa que puede que tenga razones de peso para las discordancias. Sin embargo, resulta que Fulano organiza una fiesta y cuando usted va a su casa, se encuentra con un revoltijo: comida en mal estado, conflictos familiares, y cobradores en la puerta. Cuando se lleva a alguien a la casa, no hay mentira que se sostenga.

Lo mismo está pasando ahora en China. Se presentó ante la comunidad internacional como un miembro responsable, y pensó que podía poner los conflictos debajo de la alfombra por mientras duraba la fiesta de las Olimpíadas. No me malinterprete, los chinos son gente admirable, pero al igual que los latinoamericanos, sufren de gobiernos que no se merecen. Asimismo, al igual que los latinos, justifican muchos de los problemas que ellos solos se han buscado, o peor, creado, en un revanchismo que tiene origen en un sentimiento de inseguridad -por no decir complejo de inferioridad. Se minimizan las capacidades propias –que son muchas-- por esperar un deux ex macchina que no llega, o se cae en un malinchismo de vender la patria por un plato de lentejas. No obstante, ellos sí han llegado bastante lejos por el esfuerzo propio y por tener visión a futuro. Sin embargo, todo eso esta en peligro por seguir con la mano dura y la maña de presentar toda una fantasía orweliana de la realidad, en vez de aceptar la vida tal como es, con sus altibajos.

Ya antes había definido que vivir en Asia es como pasar al otro lado del espejo. Pues bien, sigo sosteniendo esa teoría para explicar que el contexto cultural implica una visión de mundo completamente diferente. Aún así, vemos que hay cosas que no se pueden ocultar ni aceptar como seres humanos, ya que no se puede tapar el sol con un dedo, y que como decían los abuelos, “si el río suena, piedras trae”.

Sinceramente, preferiría que los atletas taiwaneses no participaran en Pekín, no como protesta, sino por su propia seguridad. Ya desde meses antes, los incidentes y las protestas dejaban entrever la presión que caldea debajo de la superficie móvil del progreso económico. Para peor, lo que empezó en Tíbet cunde por varias provincias –cada una más grande que Centroamérica y varias veces-- y ahora el bochorno de las protestas contra la antorcha olímpica –costumbre iniciada por los nazis, ni más ni menos-- hacen necesaria una reivindicación para “salvar cara”. En mandarín existe la expresión “matar al pollo para asustar al mono”. No sea que los atletas de Taiwan terminen siendo el pollo de la fiesta.

Los dejo con un par de fotos de la vigilia y el concierto en pro de Tíbet, llevado a cabo en Taipei.

viernes, 21 de marzo de 2008

Por Tíbet

"There is a time when the operation of the machine becomes so odious, makes you so sick at heart, that you can't take part; you can't even passively take part, and you've got to put your bodies upon the gears and upon the wheels, upon the levers, upon all the apparatus, and you've got to make it stop." Mario Savio

“Llega un momento en que el funcionamiento de la maquinaria se vuelve tan detestable, tan repugnante, que no se puede participar, no puede tomar parte ni siquiera en forma pasiva, y debe interponer su propio cuerpo entre los engranajes y sobre las ruedas, sobre las palancas, sobre todo el aparato, y tiene que lograr que se detenga”. Mario Savio
Preguntas interesantes en un periódico local.

Si una nación no puede coexistir pacíficamente con el Dalai Lama, entonces, ¿con quién va a hacerlo?

Primero Myanmar (Cambodia) y ahora China (PRC). Es mucha coincidencia que los monjes budistas en ambas naciones encabecen las protestas en contra de la represión. No debe sorprender que cuando todas las instancias de protesta pacífica se han agotado, la gente acude a las iglesias o monasterios por guía.